Riesgo, volatilidad y cómo invertir de manera inteligente
La diferencia entre el riesgo y la volatilidad y la mejor manera de afrontarlos
Tiempo de lectura: 4 minutos
Invertir es abrumador y parece arriesgado para muchas personas, pero no debería ser así.
Invertir es, a fin de cuentas, minimizar la pérdida permanente de capital mientras dejamos que nuestro dinero trabaje para nosotros por las noches. En otras palabras, evitar perder dinero.
Para invertir con éxito necesitamos diferenciar entre riesgo y volatilidad.
¿Qué es el riesgo?
En el mundo de la inversión, el riesgo se define como la posibilidad de perder tu dinero de forma permanente. Por ejemplo, compramos acciones en una empresa que se va a la bancarrota al poco tiempo. De esa manera, perderíamos todo nuestro dinero. Y eso es lo que tenemos que evitar.
Aquí te pongo un ejemplo de Enron, una empresa que se fue a la bancarrota. Como puedes ver, su precio de mercado pasó de $90 a $0 por acción. Hubieras perdido todo tu dinero invertido.
¿Qué es la volatilidad?
A diferencia del riesgo, que es la bajada permanente del precio de las acciones de una empresa, la volatilidad es un movimiento temporal del precio —tanto hacia arriba como hacia abajo. En otras palabras, es la fluctuación temporal de su precio de mercado.
Lo mejor de la volatilidad es que puede ser nuestra mejor amiga, pues nos ofrece una oportunidad de compra.
Aquí te pongo un ejemplo de volatilidad. Puedes ver el precio de las acciones del Banco de América. Su precio ha fluctuado mucho desde el 1982 —llegó a perder el 94% de su valor durante la crisis financiera del 2008—, pero ha seguido una tendencia pasando de $1.5 por acción en el 1982, a los $36 por acción actualmente.
A pesar de las fluctuaciones en el precio, si hubieras invertido en el Banco de América en el 1982 hubieras multiplicado 24 veces tu inversión (y eso sin incluir los dividendos). A eso llamamos volatilidad.
¿Por qué es la volatilidad nuestra amiga?
Sabemos ahora que la volatilidad es la fluctuación temporal del precio de las acciones. Entonces, si entendemos perfectamente la empresa y sabemos su valor real, podemos aprovecharnos de la volatilidad cuando el precio baja significativamente.
Tomando el ejemplo de Banco de América, Charlie Munger conocía el valor real de la empresa durante la crisis financiera del 2008. Fue lo suficientemente inteligente como para comprar acciones a $3 por acción porque sabía que era un buen banco que no podría quebrar y que su valor real era mucho más alto que $3.
14 años después, Charlie Munger ha multiplicado su inversión por 10 —mucho más que eso de hecho, porque el Banco de América paga dividendos.
Esto es exactamente por que la volatilidad es nuestra amiga. Si sabes cuánto vale realmente un negocio y sabes que no puede ir a la quiebra, puedes comprar acciones cuando su precio cae significativamente debido a malas noticias o a situaciones economicas especiales.
Aprovecharse de la volatilidad
Cuando has analizado en profundidad una empresa y estás seguro de que tendrá éxito en los próximos años, las fluctuaciones temporales del precio de las acciones son irrelevantes.
Vamos a utilizar el ejemplo de Meta (Facebook).
Meta es un negocio fantástico que genera toneladas de dinero y que no puede quebrar. Sin embargo, el precio de sus acciones ha caído más de un 50% desde su máximo.
Si sabemos que Meta es un negocio maravilloso y no puede quebrar, ¿de qué tenemos miedo?
La caída del precio de las acciones nos abre una oportunidad para comprar un negocio excelente a un precio muy atractivo.
La única pregunta que debemos contestar: ¿cuánto vale realmente el negocio? Y comprar cuando el precio está más bajo que el valor real de la empresa.
Escribí un pequeño artículo sobre Meta aquí:
Si ya tenemos acciones del negocio, tenemos dos opciones cuando baja su precio en bolsa:
No hacer absolutamente nada y dejar pasar la volatilidad —vender las acciones cuando caen sería lo peor que podríamos hacer. Si es un buen negocio, sus acciones se van a recuperar y van a seguir creciendo con el tiempo.
Comprar más acciones de la empresa fantástica. Se nos está ofreciendo la opción de comprar a un precio atractivo. Si el negocio es todavía maravilloso, ¿por qué no íbamos a comprar más acciones?
Evitar el riesgo
Para evitar la pérdida permanente de capital debemos mantenernos alejados de empresas con las siguientes características:
Empresas con deuda elevada.
Empresas que no producen flujos de caja recurrentes.
Empresas en entornos altamente competitivos.
Empresas con bajo retorno sobre el capital.
Empresas con un equipo directivo dudoso.
Empresas que no están mejorando con el tiempo.
Empresas que no entendemos.
Empresas en industrias disruptivas cuyo futuro no podemos predecir.
Empresas que se venden a precios muy elevados.
Evitar el riesgo es la mejor protección contra perder dinero.